No recuerdo tus caderas, ni su movimiento ni su olor endemoniado
El violento golpe
La fiebre que cimbra
Que estremece la bóveda tú
Galopante saliva tú, el sudor tú en la boca estepa de mi boca,
Hilo de sabia néctar.
O el jinete yo con el mundo en mis espaldas:
Nacimiento tú desde un abismo si domo
Un abajo abisal que nos repele
Tierra feraz de mujer blanda
De planta de azúcar y guanábana que de tu boca nace
Y sube de puro peso hasta mi boca.
No tengo memoria
Del olor suave de tu vértice
Del eje de tus mitades
De las dos que eres siendo eras las que eras;
Tu vórtice venenoso
Ni su languidez madruguera;
No recuerdo el dulce par de tu pecho
Su agitación inminente
La cadencia del golpe golpe de barrancas
El asunto del frágil movimiento de araña
Lento previo
Papel de arroz que rompe un grito sordo;
Ni el mosto recuerdo
De tu vellón oculto; pero sí
Me acuerdo de ti
Cuando caen hojas pardas en la banqueta
Cuando un perro camina en la calle
Cuando recuerdo cuando me sentaba en las bancas
Cuando quería pensar en ti…
domingo, 27 de septiembre de 2009
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