Ahora eres una aguda espina y hermosa planta roja
Teñida de mi ijar
Blanca en allende
En el coso que mi recuerdo eres
Embisto con el último dolor
Y en la imagen que retengo
Una espada me cruza desde la espalda al vientre
Breve herida que no muere
Arena de grana que olvida
Profundo desprecio al que necio me abrazo
Noche negra de siempre
Contrabando de mí soy quien de ti la luz persigue
Al dragón que troza y rompe al que desprecia
Tus ojos… flor que fuiste. Tus ojos ya muy otros
Ya muy lejos.
Tus ojos la punta que ni siquiera la muerte me dedica.
jueves, 19 de noviembre de 2009
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